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¿Cómo acompañar a los menores con cáncer a través del yoga?

Son muchos los factores a tener en cuenta, desde el impacto de la enfermedad en toda la familia a cómo repercute en el desarrollo y vida social de los niños, niñas y adolescentes. El Yoga Oncológico pediátrico tiene presente que ellos y ellas tienen mucho que ofrecer y decir en su proceso.

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El cáncer es una enfermedad compleja, por su diversidad, por la exigencia de los tratamientos, por las consecuencias físicas y emocionales que comporta. Y es más compleja aun cuando quien la padece es una niña, niño o adolescente. ¿Por qué?

El diagnóstico de cáncer en menores supone un impacto en toda la familia, no sólo a nivel emocional sino también en el sistema de cuidados en el día a día. A diferencia de un adulto, que por lo general cuenta con autonomía para la toma de decisiones y gestión de la enfermedad, un/a menor depende completamente de sus cuidadores/as.

Por lo tanto, la forma en la que transite por el cáncer dependerá de los recursos emocionales, económicos y sociales con los que cuente su familia. En cierto modo la enfermedad hace visible la cantidad y calidad de estos recursos, así como las condiciones en las que se reestablecen los vínculos y funciones entre los miembros de la familia en torno a la enfermedad.

Lejos de sus grupos de amigos/as

Para los menores, y especialmente para los y las adolescentes, hay otro elemento esencial que está en juego: cómo afecta el cáncer a su vida social. Los tratamientos para el cáncer pediátrico suelen ser de larga duración, requieren de extensos periodos de hospitalización para ser monitoreados. En el entorno hospitalario las vidas de los niños, niñas y adolescentes transcurren entre personas adultas: médicos/as, personal sanitario y cuidadores/as. Lejos de la escuela y del instituto se distancian de sus grupos de amigos/as y de sus espacios naturales de intercambio.

Este hecho, dependiendo de la personalidad y de su etapa evolutiva, les genera estrés, inseguridad y dudas sobre cómo volver a relacionarse con sus compañeros/as y, más aún, cómo afrontar en este contexto los posibles efectos y limitaciones derivadas de la enfermedad o de los tratamientos.

Por su parte, los centros educativos tampoco cuentan con los recursos pedagógicos ni el personal docente suele estar capacitado para generar estrategias que fomenten un entorno inclusivo que se adapte a las circunstancias.

Falta de interacción entre las instituciones

La segmentación institucional ha provocado una falta de interacción entre los agentes y espacios del ámbito de la salud, la educación y la familia.  Cada uno a lo suyo. Cuando en realidad lo que sucede y cómo sucede en cada uno de estos espacios interfiere directamente en las o los menores con cáncer. Como consecuencia de esta segmentación los y las cuidadoras, maestras/os, médicas/os y personal sanitario pierden de vista los distintos niveles de afectación de los y las menores, así como las destrezas y habilidades para su acompañamiento durante el proceso oncológico.

El enfoque del Yoga Oncológico pediátrico

Teniendo en cuenta el tejido de relaciones, personas e instituciones implicadas en el cáncer infantil, la intervención a través de una terapia complementaria como el Yoga Oncológico pediátrico debe tener un enfoque sistémico, capaz de permear los distintos espacios de interacción de los y las menores con cáncer. Afortunadamente, una disciplina como el yoga es flexible, nunca mejor dicho, puesto que a través de sus técnicas y herramientas se puede adaptar tanto al ámbito familiar como al educativo y al hospitalario propiciando sinergias y habilitando puentes para generar y fortalecer vínculos entre estos.

Este enfoque además no sólo ubica a los menores con cáncer en el centro, sino que fomenta que se integren en la cadena de cuidados, ya que la metodología de Yoga Oncológico pediátrico propone en las sesiones dinámicas de cuidado de ida y vuelta entre quienes proveen y reciben los cuidados. Es importante señalar que los niños, niñas y adolescentes con cáncer también tienen mucho que ofrecer y decir en su proceso.

Sus beneficios

Por lo expuesto, los beneficios emocionales del Yoga Oncológico pediátrico se centran en las condiciones socio afectivas de los niños, niñas y adolescentes con cáncer proponiendo sesiones tanto para hospitales, individuales y en familia, así como para los centros educativos. Cada una de estas sesiones con distintas características para solventar las necesidades de cada espacio. Asimismo, aborda la fatiga por compasión por la que pueden atravesar los y las cuidadoras, en algunos casos.

En las sesiones de Yoga Oncológico pediátrico a nivel físico se utilizan las herramientas clásicas del yoga adaptadas a las condiciones de los menores con cáncer y sus circunstancias: relajación profunda, respiración para alcanzar el equilibrio interior y recuperar la capacidad respiratoria y la práctica de asanas adaptadas para favorecer la restitución del tono muscular, fuerza, coordinación y equilibrio que suelen afectarse por los tratamientos y la enfermedad.

Adriana Jarrín Morán

Facilitadora de la Formación de Yoga Oncológico

Presidenta de la Red Internacional de Yoga Oncológico

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