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El Yoga Oncológico llega a la Sanidad Pública en España

Los beneficios del yoga complementan los tratamientos médicos convencionales, favorecen la rehabilitación, relajación y autoestima.

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Teresa transita por el cáncer desde hace más de 5 años. La enfermedad ha avanzado en su cuerpo y en este momento no le permite caminar, por ello llega a la sesión de yoga en una silla de ruedas empujada por su marido. El hombre nos indica que su mujer no habla, padece afasia, y “tampoco puede moverse”. Descubrimos un brillo en los ojos de Teresa y una mirada atenta a todas las indicaciones de la sesión, y somos testigo de que puede movilizar una parte de su cuerpo, el lado derecho, mientras que el lado izquierdo está paralizado. Su motivación para moverse y mantenerse conectada con su cuerpo es impresionante. Ella misma se las ingenia para mover los dos brazos, cogiendo con su mano derecha el brazo paralizado y elevándolo, y esto nos indica que Teresa desea escuchar su cuerpo y tomar decisiones que le ofrezcan cierta autonomía, y le proporcionen bienestar y seguridad. Durante la relajación su rostro dibuja una enorme sonrisa. Teresa, con sus manos colocadas en el abdomen, disfruta de una respiración consciente que le coloca en el momento presente y en la atención plena hacia su cuerpo. 

La de Teresa es una historia real

Una terapia complementaria avalada por la comunidad científica

El Yoga Oncológico forma parte de las terapias complementarias que acompañan a las personas en su tránsito por el cáncer. El uso exclusivo de los tratamientos convencionales no permite a la sanidad pública atender de manera holística a las personas diagnosticadas por esta enfermedad, y son precisamente ellas quienes reclaman una atención integral de sus necesidades físicas, psicológicas y emocionales para encauzar su proceso de la manera más  eficaz. Los beneficios del Yoga Oncológico están demostrados científicamente, y por ello países como Gran Bretaña llevan una década implantando esta terapia complementaria en su sistema sanitario nacional. Estudios científicos demostraron que las personas con cáncer que practicaban yoga lograban reducir el consumo de fármacos para dormir, para aliviar la ansiedad y disminuir el estrés emocional. Una práctica regular de yoga proporciona una mejor adherencia a los tratamientos convencionales y una rehabilitación física exitosa tras el paso por la enfermedad. Se observó que la integración del yoga en el proceso de sanación implicaba una reducción de costes en la sanidad que obligó a los responsables políticos de ese país a destinar los recursos necesarios para implantar sesiones en sus hospitales y centros de salud públicos. Canadá es otro país pionero en este sentido.

En España aún queda camino por recorrer para que el sector público sanitario reconozca los enormes beneficios que el yoga ofrece a las personas con cáncer, y sobre todo permita con sus recursos que sea una práctica accesible para todas las personas usuarias. Sin embargo, en los últimos años, gracias a los esfuerzos de la Red Internacional de Yoga Oncológico y a profesionales y usuarias que han ido difundiendo los beneficios de esta disciplina, esta práctica está visibilizándose y encontrando alianzas interesantes en las diversas asociaciones de pacientes y fundaciones, y, por supuesto, también entre el personal sanitario.

Algo está cambiando: pasos hacia delante

Desde febrero de 2023, el Yoga Oncológico es una realidad en centros como los hospitales públicos Vall d’Hebrón, Hospital de Mataró y Hospital Pere Virgili en Cataluña. Recientemente el Hospital de La Paz en Madrid también ha incorporado esta disciplina como terapia complementaria en el tratamiento de los procesos con cáncer. Y en Euskadi, el Hospital de Cruces ha solicitado a la RED Internacional de Yoga Oncológico un proyecto para oncología pediátrica tras un encuentro entre profesionales de la RED y Aspanovas con niños y niñas hospitalizados y sus familias.

La OMS considera el Yoga como una fuente valiosa de atención a la salud y propone adoptar medidas para integrar esta disciplina y a quienes la practican en sus los sistemas de salud de los diferentes países, y España no puede quedarse atrás. 

América Latina también cuenta actualmente con profesionales especializados que están abriendo puertas a esta terapia complementaria que logra una rehabilitación integral en los diversos procesos cancerígenos. El hecho de hacer hincapié en que no se trata de una terapia alternativa (sino complementaria), y que precisamente nuestro objetivo es llegar a restaurar aquellas áreas donde la medicina tradicional no alcanza, ha permitido legitimar nuestra intervención, concebida siempre dentro de una medicina integrativa que apuesta por acoger disciplinas que atienden necesidades psicológicas, emocionales y espirituales que hasta ahora han estado un tanto desatendidas en la sanidad pública.

Hacia la medicina integrativa del futuro

Atender el derecho universal al cuidado integral, democratizar la atención sanitaria, y aportar los recursos necesarios en los diferentes centros y entidades se convierte en uno de los retos de este siglo en la atención y acompañamiento a las personas con cáncer. Por ello reconocer el papel del Yoga Oncológico y otras terapias complementarias para mejorar la calidad de vida de las personas enfermas se presenta como línea de trabajo imprescindible en la atención sanitaria.

Ana Urrutia, periodista y profesora de Yoga Oncológico

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