El Yoga Oncológico es una adaptación del yoga tradicional para poder atender a las necesidades físicas y emocionales que atraviesan las personas con cáncer. Se trata de una especialización que requiere un conocimiento de la enfermedad, así como de cada caso particular, de manera que la práctica se pueda personalizar adecuadamente. Nuestra propuesta metodológica se nutre del enfoque y técnicas del yoga terapéutico, yoga restaurativo y yoga sensible al trauma.

El Yoga Oncológico es una adaptación del yoga tradicional para poder atender a las necesidades físicas y emocionales que atraviesan las personas con cáncer. Se trata de una especialización que requiere un conocimiento de la enfermedad, así como de cada caso particular, de manera que la práctica se pueda personalizar adecuadamente. Nuestra propuesta metodológica se nutre del enfoque y técnicas del yoga terapéutico, yoga restaurativo y yoga sensible al trauma.

Los beneficios del Yoga Oncológico son múltiples. De forma global, contribuye a mejorar la calidad de vida de las personas con cáncer en las distintas fases de la enfermedad. De forma específica, tiene beneficios físicos y emocionales. Entre los físicos podemos destacar el fortalecimiento del sistema cardiovascular y óseo, el alivio de dolores ocasionados por la cirugía y los tratamientos, la flexibilización y relajación de los músculos y tejidos afectados, la descompresión de articulaciones, la mejora de la calidad del sueño y la activación del sistema inmunológico. Entre los beneficios emocionales se encuentran la reducción del estrés y la ansiedad, el fortalecimiento de la autoestima, la mejora de la concentración y la creación de redes de apoyo, entre otros.

Sí, se han realizado varios estudios científicos que avalan los beneficios del Yoga Oncológico y que lo distinguen como una de las terapias complementarias idóneas a los tratamientos convencionales. Actualmente, la mayoría de asociaciones dirigidas a personas con cáncer, así como algunos de los mejores hospitales de todo el mundo recomiendan este yoga adaptado como práctica complementaria a los tratamientos de quimioterapia, radioterapia y cirugía.

Es un yoga adaptado a las particularidades de las personas con cáncer y enfocado a rehabilitar y a atender sus necesidades específicas, tanto físicas como emocionales. Antes de empezar, se realiza una anamnesis (historial de cada persona) para conocer el estado general, tratamientos, cirugías, fase de la enfermedad. Este estudio permite adaptar la práctica a las diferentes etapas que transite la persona, por ejemplo, adaptando la práctica y haciéndola más calmada después de las sesiones de quimioterapia.

A diferencia de otros tipos de yoga, los movimientos son lentos y suaves; se trabaja mucho con soportes como mantas, cintas o cojines, para adaptar las posturas sin riesgos, favoreciendo la movilidad y la relajación. Asimismo, durante toda la sesión se ofrecen diferentes opciones para que cada persona pueda elegir lo que le resulta más conveniente en cada momento, contribuyendo a que cada uno/a pueda ejercer un rol activo en su propio proceso. Para afrontar las consecuencias emocionales de la enfermedad (miedo, ansiedad), trabajamos la respiración y la relajación profunda, y acompañamos el proceso de cada persona en un entorno de seguridad y confianza, favoreciendo redes de apoyo y la escucha de necesidades específicas.

Cualquier persona que esté transitando por un cáncer o esté en post tratamiento (hasta dos años después de haber recibido el alta). Es necesario tener el consentimiento del oncológo/a que haga el seguimiento y que esté informado/a de que está asistiendo a sesiones de yoga oncológico para su conocimiento.

No, no es necesario. El yoga oncológico es una práctica inclusiva y adaptada a cada persona, enfocada a rehabilitar y a atender las necesidades físicas y emocionales específicas de quienes estén transitando un cáncer. 

Sí, el Yoga Oncológico se puede practicar desde el momento del diagnóstico, durante los tratamientos e incluso durante la fase de paliativos (sesiones centradas en relajación y respiración). También es adecuado hasta dos años después de haber sido dado/a de alta del cáncer. Muchas personas continúan en tratamiento hormonal, por ejemplo, después de recibir el alta, sufriendo efectos secundarios como la fatiga o el dolor de articulaciones que el Yoga Oncológico puede ayudar a paliar. Asimismo, es importante que, sea cual sea la fase, se informe al/la oncólogo/a de que estamos practicando este tipo de yoga adaptado.

Sí, se puede practicar durante la quimioterapia. El profesor o profesora de yoga hará seguimiento de cada persona y adaptará las sesiones a las condiciones físicas, emocionales y energéticas que disponga en cada etapa, esté recibiendo un tratamiento de quimioterapia, radioterapia o inmunoterapia.

En caso de cirugía, es conveniente esperar al menos 4 semanas antes de practicar Yoga Oncológico. También es importante consultar con el/la médico/a oncólogo/a y recibir su consentimiento antes de empezar.

Está demostrado que el ejercicio físico adecuado y realizado de forma regular tiene múltiples beneficios para la salud, como prevenir las afecciones cardíacas, los accidentes cerebrovasculares o la diabetes. En el caso de las personas con cáncer, puede contribuir a retrasar la mortalidad y el riesgo de recidiva o segundos tumores primarios. Además, el ejercicio físico contribuye a minimizar, en muchas ocasiones, los efectos secundarios de los tratamientos, como la fatiga, el insomnio, la ansiedad o los problemas cognitivos. Es importante el ejercicio físico personalizado y adecuado. El Yoga Oncológico es, en este sentido, una terapia complementaria que puede aportar bienestar y un acompañamiento físico y emocional acorde a las necesidades de las personas con cáncer.