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Yoga para personas con cáncer en hospitales públicos: un año de experiencia

Grupo de yoga en sesión de yoga oncológico. Personas sentadas en sillas formando un círculo elevando los brazos.
Extractos de la entrevista a Adriana Jarrín y Eva Moure, fundadoras de la RED Internacional de Yoga Oncológico y colaboradoras del programa DOMUM con la dinamización de sesiones de yoga oncológico en diversos hospitales en España.

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Gracias a la colaboración con el programa DOMUM, que tiene por objetivo humanizar las salas de los hospitales, las sesiones de yoga oncológico se realizan ahora dentro de los espacios hospitalarios de diversos centros públicos.  ¿Cuál ha sido vuestra experiencia al respecto? ¿Qué impacto creéis que tiene que los pacientes puedan acceder a esta actividad en sus propios centros de referencia?

La creación de los espacios DOMUM ha facilitado la incorporación del yoga en hospitales públicos y ha tenido una repercusión muy importante en distintos niveles. Primero, en las personas con cáncer que han asistido a las sesiones y que han encontrado en el yoga un surtido de herramientas para mejorar su calidad de vida. Los grupos generados en los distintos hospitales no se cansan de decir y repetir que la práctica de yoga ha marcado un antes y un después en su tránsito por la enfermedad. Muchas y muchos participantes esperan con ilusión los días de las sesiones de yoga no sólo por los beneficios físicos y mentales que les reporta sino también por la posibilidad de encontrarse con el grupo, con otras personas que atraviesan por similares condiciones y con las que pueden comunicarse sin tapujos. 

En segundo lugar, a nivel social, es una iniciativa aplaudida ampliamente por la opinión pública, recogida a través de distintos medios de comunicación y promocionada a través de diversos canales. Tenemos que pensar que cada vez más personas practican yoga, conocen sus beneficios y saber que estos pueden ser extrapolados incluso a situaciones al límite como las que se pueden vivir durante un cáncer son muy esperanzadoras. Además, que este tipo de práctica se ofrezca de manera gratuita en la sanidad pública es un aliciente puesto que muchas personas con cáncer, aunque quieran, no cuentan con los medios económicos para acceder a este tipo de servicios en el ámbito privado.

Y, en tercer lugar, pero no menos importante, la incorporación de este tipo de prácticas abre un nuevo horizonte hacia una perspectiva más holística de la salud que aborde también los aspectos físicos, emocionales y sociales que la medicina no cubre. A veces las personas lamentablemente no superan el cáncer, pero a través de prácticas como el yoga oncológico pueden franquear de mejor manera este proceso y vivir la enfermedad de manera más amable incluso en sus últimos estados.

¿La actividad ha sido bien recibida por los profesionales sanitarios?

En general creemos que ha tenido buena acogida, nos hemos dado cuenta de que muchas y muchos profesionales de la salud también son practicantes de yoga y ven con buenos ojos su incorporación como parte integral de la salud. Asimismo, las propias personas con cáncer son las mejores embajadoras del yoga puesto que son quienes explican a sus profesionales de referencia los enormes beneficios que esta práctica les aporta o incluso incorporan herramientas de la práctica durante la administración de los tratamientos. En una sesión de yoga oncológico se puede trabajar, por ejemplo, qué tipo de respiración practicar durante la radioterapia para estar más quieta y calmada o durante un PET o un escáner, los y las alumnas lo comentan y de esta manera los profesionales empiezan a darse cuenta de que esto no sólo beneficia a las personas, sino que además facilita su trabajo y la relación con los y las pacientes.

No obstante, existe también una parte de sanitarios un poco más reticente bien por desconocimiento o por temor a que haya un mal entendimiento y que estas prácticas se asuman como sustitutivas de los tratamientos médicos. Por eso parte de nuestra labor consiste en explicar y repetir hasta la saciedad a las personas con cáncer, a las y los profesionales de la salud, y al público en general, que el yoga no es sustitutivo sino complementario a los tratamientos médicos. Decimos sí a los tratamientos médicos, pero también decimos sí al bienestar durante estos tratamientos.

Por último, ¿cuál ha sido el momento o situación más destacada de vuestras sesiones impartidas en los espacios DOMUM que refleje lo que viven las pacientes a través de vuestra actividad?

R. Bueno, son muchos y muy profundos, resulta imposible poner más peso o valor a uno que a otro porque siempre estamos hablando de personas con sus vidas en una situación muy sensible. En todo caso podríamos empezar por destacar la fuerza del grupo, muchas personas con cáncer se sienten solas y poco comprendidas, aunque tenga un entorno familiar o social de cuidados, pero no es lo mismo, hay aspectos muy sutiles que no se explican con palabras pero que son fácilmente descifrables para quienes pasan una situación similar. Emociona mucho ver cómo conversan, intercambian penas y alegrías y luego se mueven y respiran al unísono. Es como si en medio del caos se creara un oasis de paz en el que es posible relajarse y disfrutar.

También se han compartido experiencias dolorosas, muy dolorosas, de personas que han fallecido, pero conmueve mucho ver cómo los y las compañeras están ahí brindándose cobijo hasta la pista de salida sin juzgar lo que hizo “bien” o lo que hizo “mal” sino conscientes que todas y todos de una u otra manera llegaremos al mismo lugar. Otro aspecto muy relevante es la inclusión de personas de otros países o contextos que no cuentan con una red familiar y que en el grupo han encontrado su lugar de acogida.

Y, finalmente, es muy reconfortante que las personas puedan reconocer sus cuerpos como un espacio de bienestar pese a la enfermedad, porque en el yoga oncológico no nos centramos en lo que no se puede hacer sino en aquello que sí es posible incluso en las situaciones más límites de un cáncer avanzado.Entrevista completa en este enlace: https://www.domumprogramme.org/es/post/el-impacto-positivo-y-los-beneficios-del-yoga-oncol%C3%B3gico

2 comentarios en “Yoga para personas con cáncer en hospitales públicos: un año de experiencia”

  1. Gran labor la que hacéis, soy paciente oncologíca y al incorporar el yoga en mi vida, la convivencia con el cáncer ha sido más llevadera.
    Unamos energías para que el yoga oncologíco toque las puertas de todos los hospitales y proporcione mejor calidad de vida a los pacientes.
    Un abrazo de luz.

    1. Red Internacional de Yoga Oncologico

      Muchísimas gracias, Noelia. Gracias por compartir tu experiencia, y por sumar y contribuir a que el yoga oncológico pueda llegar a más lugares. Nos llena enormemente ver que este camino es compartido y tus palabras son un impulso para continuar y que más personas puedan beneficiarse de esta práctica en su tránsito por la enfermedad. Un abrazo cálido.

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