Desde el pasado mes de junio la Red Internacional de Yoga Oncológico ofrece sesiones de yoga en la Unidad de Hematología y Oncología Pediátrica del Hospital de Cruces gracias a la financiación de ASPANOVAS, la asociación de Madres y Padres de Niñas y Niños y Adolescentes con Cáncer de Bizkaia.
“Cada viernes en el Hospital de Cruces abrimos una ventana no medicalizada dentro de las habitaciones donde proponemos respirar de forma consciente, movilizar las articulaciones y los músculos y crear así un espacio rehabilitador tanto a nivel físico como emocional”, explica Ana Urrutia, miembro de la Red y una de las profesionales especializada en Yoga Oncológico que visita a los y las pacientes ingresados/as.
Con esta iniciativa, el yoga oncológico llega a la sanidad pública vasca como terapia complementaria a los tratamientos convencionales, algo que ya estaba ocurriendo en hospitales públicos de Madrid, Cataluña y Baleares, gracias a la colaboración con asociaciones de pacientes y fundaciones.
“Las familias de los niños y niñas y adolescentes que están atravesando un proceso de cáncer se convierten en nuestras aliadas cuando aparecemos en sus habitaciones. Las personas que cuidan de estos pequeños se animan en muchas ocasiones a practicar con nosotras, y encuentran en esos minutos de yoga una oportunidad de estirar sus cuerpos, bloqueados por el estrés emocional y las horas sedentarias, y también unos instantes para poder respirar profundamente y encontrar así algo de calma y descanso”.
Recursos propios para los pacientes
Además, en estas sesiones, se enseñan herramientas que se convierten después en recursos propios para los pacientes. “Les invitamos a descubrir el poder que tienen su respiración, los movimientos de su cuerpo sobre la cama, y utilizamos también elementos de la habitación, como la pared o la butaca. Les mostramos cómo pueden tener recursos propios para generar momentos de bienestar en sus ingresos a través de acciones que ellos y ellas pueden realizar de manera autónoma”.
Miradas cómplices
“Los niños y niñas nos reciben con mucha curiosidad. Entramos en su pequeño espacio sin uniforme sanitario, con mirada cómplice, respetando su estado emocional en esos momentos, legitimando así sus emociones, y les ofrecemos herramientas que les puedan proporcionar unos momentos de bienestar y de calma”.
“Con los más pequeños y pequeñas utilizamos la música para acompañar los ejercicios de movilidad del cuerpo, realizando “saludos al sol” y posturas que imitan a los animales, también les enseñamos a hacer vibrar el cuenco, tocar el tambor de lengua, o cantamos mantras para focalizar la atención en diversas partes del cuerpo”.
Necesidades específicas de los y las adolescentes
“Los y las adolescentes presentan procesos psicológicos más complejos, y suelen ser reacios a practicar yoga. La libertad de hacer o no hacer está siempre presente en todos los casos, y es lo primero que comunicamos, sin embargo, cuando sienten que legitimamos sus sentimientos nos abren su espacio y se entregan a respiraciones y técnicas para relajar la angustia y liberar el estrés que puede verse incrementado ante la estancia en un espacio muy pequeño con muchas horas de pantalla”.
“Desde la Red queremos destacar el agradecimiento inmenso que sentimos por permitirnos entrar en la intimidad de sus habitaciones”.
Diversos estudios científicos avalan que el ejercicio físico favorece la adherencia a los tratamientos y que reduce la toxicidad de la quimioterapia. La práctica de respiraciones y movimientos dinámicos que impliquen las diferentes cadenas musculares, dirigidos con seguridad y técnicas restaurativas, es beneficiosa para la calidad de vida de los pacientes, e implica un aumento de la fuerza, una reducción de la fatiga, una mejora en la capacidad cardiorrespiratoria y un aporte de calma y autocomprensión en sus estados emocionales.
Valoración positiva del hospital
Itziar Astigarraga, jefa del Servicio de Pediatría del Hospital de Cruces, ha valorado positivamente esta actividad: “Cuando nos llegó desde la Red Internacional de Yoga Oncológico la propuesta de una terapia para facilitar la relajación, no solo para los niños y niñas sino también para las familias, descubrimos una oportunidad de cuidar la salud mental ante el sufrimiento que asociamos al cáncer al ser una vivencia tan dura. Tenemos desde hace muchos años un programa de entretenimiento con Aspanovas, con diversas actividades, y ahora entre ellas el yoga como terapia complementaria que es estupenda”. Estas palabras corresponden a una entrevista que Radio Euskadi realizó a Ana Urrutia, además de especialista en yoga oncológico, periodista con más de 20 años de experiencia en televisión, en la que también intervino la doctora.
Si quieres escuchar la entrevista completa, aquí tienes el enlace.