Paula Estrada, profesora de Yoga Oncológico
Las prácticas de yoga desarrollan un estado de presencia y de contacto directo con lo que somos, con nuestra realidad, para ir más allá de lo que estamos viviendo en ese momento. Aun cuando nuestro presente está lleno de confusión, cansancio y dolor, si damos la espalda a esa realidad estamos negando lo que somos hoy, sabiendo que nuestra realidad está en continuo cambio. A pesar de que, a veces, no es fácil asumir lo que estamos transitando.
A mi entender, el yoga se vive desde lo humano, desde el corazón, y se transmite en las instrucciones, tono, lenguaje, que el profesor o profesora ofrece en sus clases. Y es en el Yoga Oncológico donde, a partir de su vivencia en la esterilla y en la vida, el profesor/profesora se pone al servicio de los demás para despertar esa sensibilidad en cada asana que propone, en cada movimiento, en cada respiración.
A través de la práctica y de un acompañamiento consciente, que escucha y atiende en todo momento las necesidades específicas de cada persona, el/la profesional de Yoga Oncológico nos guía a retomar el contacto con nosotros/as mismos/as, con nuestro cuerpo, desde el amor, la calma y la quietud, afianzando ese ese autocuidado que le hará posible llevar a la vida lo aprendido en la esterilla.
Para ello, el profesor/profesora de Yoga Oncológico, plantea sus propuestas adaptando asanas y alineamientos, aportando diferentes soportes, personalizando la práctica al máximo, evolucionando las sesiones para que cada alumno/a sea generador de su propio proceso de autoconocimiento.
Para lograr estas competencias, el/la profesional de Yoga Oncológico se prepara, se forma, se especializa, siendo consciente de la responsabilidad que tiene en cada nueva clase para que sus alumnos/as encuentren, dentro suyo, los recursos que más les aporten en cada fase, aprendiendo a recuperar la relajación, la serenidad, el equilibrio físico, mental y energético.
En la era de la positividad, se ha llegado a considerar al sufrimiento como una fuente de aprendizaje, pero nadie se lleva bien con el sufrimiento y no siempre implica una enseñanza de la cual salimos más sabios. A veces, el sufrimiento nos instala en un bucle sin salida. El Yoga Oncológico puede ayudarnos a encontrar esas herramientas para afrontar las situaciones que sobrepasan nuestra comprensión, restaurando el propio equilibrio y nuestra relación con el dolor, el sufrimiento y las dificultades.
Si quieres saber más o tienes alguna duda, consúltanos, estaremos encantadas/os de leerte.